jueves, 30 de noviembre de 2006

hace más de un año

a veces caminamos juntos sin decirnos nada. como si fuéramos solos, pensando los dos en otra cosa. Es raro. Saber que mañana cumplo 25 y no saber si soplaré las velas. Y es raro también mirarse en el espejo. No saber quien es uno. Pero de una manera diferente a entonces. Esta barrera tan enorme que existe con los otros, siempre està ahí. sólo a veces alguien te toca y te dice escuchame y todo cambia pero es siempre un instante. y en ese instante están todos los demás.Y recuerdo; los años pasados en la escuela, la espalda recta, el corazón dormido, las copias, las imitaciones, todos esos intentos de no ser se desvanecen al encontrarse así con alguien escuchame y que te agarren la mano de repente una sabe quien es y soprende de tal forma que paraliza. pero es sólo un instante. y te devuelve atrás las mañanas en la cama disfutando de otro cuerpo la cabeza agachada sin atreverse a mirar a los ojos como decir querer sin decir también no sé así de esta manera es imposible. a veces llueve y entonces caminamos despacio y la ciudad se llena de autos que rugen, las luces encendidas, la noche de repente. y nos llueve encima mientras nos besamos y decimos todo lo que la gente dice con los besos y en ese beso se condensa todo: la primera vez que quise y supe estoy queriendo y duele y aquella vez que creí que no saldría y sin embargo me ha tratado bien la vida pero no sé quién soy todavía a quién le ha tratado bien la vida? y en el fondo de mi cerebro hay un cuerpo desnudo que no quiero mirar y cómo decir no te voy a entregar nada más que esto porque lo quiero todo.

lunes, 27 de noviembre de 2006

me he enfrentado a un cielo enojado de tierra
y en un mar lluvioso
me ha golpeado el agua
tibia como sólo el agua
despierta el cuerpo
he sentido la arena
arder bajo mis manos
he descubierto
lágrimas de metal cayendo como en pausa
en la ciudad ajena
voces
tililando en la noche
con la fuerza de un grito.
No he mirado
lo que no era observable
lo que no podía
ser observado.
Ahora el sol rompe la bruma
que ocultaba las casas
me enseña los árboles floridos
penetra en esquirlas
de luz
metamorfosis de esta ciudad
donde el velo arrancado.

ilusión en la noche

crear amor amando
creer amar amando
creerse amado

los que deambulan ii

todas las noches salía del trabajo a casa y caminaba cuesta arriba por la ciudad. entre semana nunca había nadie. la ciudad era toda para mí. a veces era tan tarde y tenía tanto sueño que sentía que me desmayaría antes de llegar a casa y pensaba, qué capacidad de resistencia y en realidad todo esto para qué. un día besé a un chico. llevaba capucha y tenía los ojos tan azules. y luego alguien dijo: las mujeres nunca tienen problemas para esto y yo sentí como la rabia me crecía pero no dije nada, nunca digo nada, estoy siempre callada hasta que me da la gana. a veces salgo a la ciudad y camino sin rumbo. me voy cruzando las esquinas de luz y a veces siento miedo de toda la gente o de estar sola. a veces salgo a la ciudad y llueve y entonces no hay nadie por la calle y los faros de los autos me iluminan mojada y todo parece a punto de terminar. algunos días me encontraba con alguien y entre risas fumábamos un cigarro que me mareaba hasta que sentía cómo me dolía la espalda y me marchaba. luego, al cruzar la plaza, veía a la gente que buscaba un bar donde tomar la última y me sentaba un rato a ver pasar la gente y era hermoso estar allí sola, de noche, con los pies ardiendo, el sueño en la cara, sintiéndome tan libre.

domingo, 26 de noviembre de 2006

los náufragos I

tus ojos son como la casa y yo no me había dado cuenta. tus ojos son como la casa y ya no la vas a abandonar. me dan pena tus ojos porque son los mismos que me miraban y pedían auxilio mientras sonreías desde tan lejos. y yo veía tus dientes brillar pero sabía, en el fondo sabía todo esto: lo de tu madre muerta y las cucarachas por el suelo. Yo ya no sé quien soy pero cuando veo tus ojos y me das la mano y yo siento tu pulgar arañando la palma y el cuerpo estremecerse y me dices vamos y yo voy porque me miras con esos ojos de esa manera pero luego siempre ocurre igual y yo me pierdo y no sé donde estamos ni que estamos haciendo y en realidad es siempre sentirse más sola y te miro y tienes esos ojos que se han quedado atrás y entonces me da todo tanta pena, me entra esta tristeza tan grande que me muestran tus ojos y pienso que yo me voy y tu te quedas y la casa estará siempre contigo. y en el camino encontraré a otros y quizá alguno de los naúfragos se deje recoger porque eso es lo malo que tienen los naúfragos, están venga a mirar, a pedir auxilio, a buscar a otros que se ocultan pero llevan tanto tiempo en su isla, ya ni saben cómo decirle a alguien no te vayas, quiero que te quedes.

sábado, 25 de noviembre de 2006

Ya sé que debería creerme
lo que pienso cuando siento
o lo que siento cuando entro
en tu cuerpo entreabierto

pero temo morir de fé o de esperanza
y no constatar en el nuevo día
la desolación del tacto y la mirada

ya sé que aburro la distancia
entre tus ojos y los míos
manda
que los cierre y piensa
que no te miro por no verte
y creer en ti.

manuel vázquez montalbán

jueves, 23 de noviembre de 2006

nadie me conoce yo hablo la noche
nadie me conoce yo hablo mi cuerpo
nadie me conoce yo hablo la lluvia
nadie me conoce yo hablo los muertos

alejandra pizarnik

lunes, 20 de noviembre de 2006

entonces

entonces era entonces, cuando me había prohibido las canciones tristes, las pelis europeas, las salidas con cerveza, las mujeres y los hombres. era por aquel tiempo en el que lo bello y lo terrible se confundían y todo dolía igual. entonces todo empezaba a cambiar y mi cabeza dolía, dolía, dolía, dolía y las cosas se enganchabansenganchabansenganchansenganch como en una cinta de música mi pensamiento no lograba seguir y yo no conseguía llorar, era sólo la angustia devorándome y yo quería, de verdad que quería, conseguir llorar. era entonces y es ahora, escuchando esta canción, que tanto estuvo prohibida para mí y es en estos días, después de una fiesta de alcohol, de gente, de besos sin sentido, tan parecido a todo lo que un día me prohibí,y entonces vuelve de repente y se presenta aquí y me hace compadecerme un poco y decir, pobrecita, pobrecita...y me pregunto cómo pudo ser y el miedo que sentía y las ganas, las ganas de llorar pero no se puede. y en el fondo son las mismas calles en cualquier ciudad, son los mismos besos en cualquier país, las mismas canciones, la misma forma de enfrentarse a las cosas. era entonces cuando todo se sentía así de aquella forma que dolía, incluso lo bello como la piel doliendo después de horas de caricia y de placer y cuanto tiempo hace de eso ya ni me acuerdo. y entonces empujaba a todos los que me querían amar y no era llorar lo único que no podía hacer. y aún ahora, y aún ahora...cómo me gustaría saber cómo se hacen las cosas que todo el mundo hace con tanta facilidad: bailar sin tropezarme, querer sin protejerme, entregarme a alguien, creer en todo, moldear las cosas como moldeo la vida al escribir...y diga usted en voz alta cinco cosas que quisisera conseguir. quisiera un libro, quisiera saber que la poesía que escribo la escribo para mí, querría amar desesperadamente, entregadamente, definitivamente, querría que el mundo se cambiara despacio, con mis manos, querría poder sentarme a ver pasar el tiempo y ser feliz querría poder hacer música, pintar, crear, querría que la vida fuera eterna, pero que estuviéramos engañados y creyésemos que hay un final. querría mantener esta forma de transformar el dolor en belleza para siempre.

domingo, 19 de noviembre de 2006

el amanecer
hace temblar mi cuerpo como tiembla la hierba
cae sobre mí
me cubre
de delicados rayos—
el pómulo, la boca, la quijada-
tiñe la masa que va amasando

-pecho, vientre, muslos-
de néctar tibio
y extrae cada día
este sudor amargo de rocío.

ítaca ausente ( o i´ve got no home)

No hay origen, no hay círculo completo
ni desembocan nunca los caminos de tierra.
La palabra amada se ha disuelto,
el mar es territorio de los lestragones
Olvidada, la sibila envejece ante miradas ausentes
y son ahora los oráculos quienes tejen el tiempo
No hay Penélope, no hay Layo, y sabes que tu hogar
ha sido devorado.
Cómo volver a dónde, Ítaca ausente.
Viene como un temblor como una luz como una boca en la boca igual que una lengua que arranca y muerde y hace que los labios se abran y las piernas se crucen y un escalofrío que aún no llega y es entonces la baba y los dientes, el vientre mojado recorriendo mi y es el cuerpo mi cuerpo disuelto en el aliviolvido del mar.
por qué mujer por qué no artista abeja que liba viento que zumba por qué a tu lado por qué no otra por qué no sola inmensamente sola desesperadamente sola inevitablemente y por qué aquí y ahora y por qué no luego por qué no entonces por qué no después del sueño
oscuro el cerco de miradas fijas
de bocas que agonizan en silencio
dentro de mi la culpa cierra
(inmensa culpa, oscuridad en la culpa)
este universo de astros alumbrando al mundo
aún sólo entreabierto
el oculto aliento de la boca
pero rendida y ya mirándose rendida
los pechos pequeños revelados
frente al tacto intuido
luz que trae el día
recuerdo nocturno
de tu cuerpo cerrado
Sed la tierra brota fértil
hierba de cuerpos sed
disuelta entre mis piernas
Esta luz que quiebra la ventana
ilumina como un rayo la forma de las cosas
pone nombre a tu boca
da la sombra a tus pechos
y, su ausencia, disuelve mi mirada

luz que marchita flores luz
con la que tiemblo hoy, esta mañana,
embriagada de luz
la sábana que lavaste
está manchada
de tu cuerpo amasado
la sábana que frotaste
ayer contra las manos
arañadas de lavarla pura
de jabón tu cuerpo envuelto
entre las sábanas sucias y mojadas

sábado, 18 de noviembre de 2006

lafrontera

los invasores llegan en silencio y miran con sus ojos grandes que lo abarcan todo y que no alcanzan nada. los invasores avanzan por las calles, visitan los museos, entran en las tiendas, compran cosas. los invasores aprenden el lenguaje de los otros y hablan, con una enorme sonrisa entre los labios, deseando que los quieran, intentando huirle a su destino. los invasores conocen nombres, colores favoritos, fechas de cumpleaños, tallas de zapato y construyen personas de imágenes y olores. los invasores ven los atardeceres de colores infinitos, ven las estrellas explotando en la noche, ven el canto de los niño pequeños y sienten su pecho llenarse de belleza. los invasores se emocionan cada día al menos veinticinco veces. los invasores tocan intentando que el tacto les descubra a quién tienen delante. los invasores besan con sorpresa, arrebatadamente y al segundo olvidan por qué estaban besando. los invasores se levantan de mañana, cuando todos duermen, y añoran con tristeza tiempos pasados, que es lo mismo que decir que añoran tierras pobladas por personas que saben diferente. los invasores se sienten terriblemente tristes al menos veinticinco veces cada día. los invasores enrojecen de pronto si alguien intenta mirarles a los ojos y, en seguida, se refugian en leyendas extrañas o en curiosas anécdotas de variabilidad lingüìstica. los invasores van sintiendo cada día su tierra más lejana, su lengua gastada, sus hábitos cambiados. los invasores fuman sólo cuando están nerviosos , ya no visten sombrero, sorben agua hervida de una paja de hierro, dicen palabras largas sin sentido como discursividad metodológica del objeto de estudio semiológico y utilizan el sonido ch con frecuencia desproporcionada-cheta, chanta, chamuyo, trucho, choclo. los invasores van dejando, poco a poco, de sentirse invasores y sonríen pero su corazón palpita, respiran con inusual torpeza, esconden la mirada huraña tras legañas de sueño. los invasores hacen las maletas apresurados, sin decirle adiós a nadie, dejando un reguero de recuerdos desparramados por la habitación. los invasores agarran el primer avión y se marchan tristes pero con la esperanza de encontrar por fin su lugar definitivo.

jueves, 16 de noviembre de 2006

a modo de tregua

A MODO DE TREGUA

si no entiendo,
si vuelvo sin entender,
habré sabido qué cosa es
no entender

alejandra pizarnik

el que no aprende nunca

EL QUE NO APRENDE NUNCA

El que no aprende nunca toca el fuego
el que no aprende nunca da una mano,
el que no aprende nunca vuelve a andar.

El que no aprende nunca se golpea
contra una pared y con la otra
y después con la otra y con la otra
y sigue caminando.


raúl gustavo aguirre