miércoles, 9 de junio de 2010

el nacimiento del croissant

En julio de 1863 el Imperio Otomano sitió Viena por segunda vez. Tras dos meses de intenso sitio, el entonces papa movió sus hilos para que el resto de potencias europeas ayudaran a sus compatriotas de fe. Y allí que fueron los soldados polacos a luchar contra los musulmanes. Al parecer, los vieneses se pusieron tan contentos después de haber estado a punto de caer en garras de los temidos turcos que se pusieron a hornear bollitos en forma de media luna, el símbolo de la bandera turca (y del islam, claro está) en un gesto de burla. Y ahí nació el croissant. O eso dice la leyenda. 
Así que comer croissant en estas tierras puede ser considerado como un acto de subversión. 


1 comentario:

gun dijo...

La historia es leyenda, porque parece que ya había croissants mucho antes del siglo XIX, pero el nombre sí viene de ahí, no? De luna "creciente"