domingo, 22 de noviembre de 2009

exámenes

La época de exámenes me hace reflexionar...¿Qué es la enseñanza? ¿Cuál es mi papel? ¿Qué nivel de exigencia debería tener con el alumnado? ¿Es un fracaso del alumno un fracaso del profesor?¿Se puede hablar de tú a tú con un alumno, negando las relaciones de poder que se establecen en esta relación? ¿Quién miente más al ignorar este hecho: el alumno o el profesor? ¿No es una de las satisfacciones secretas de ser profesor esa sensación de bienestar que provoca saberte admirado por unos, odiado por otros pero nunca ignorado? ¿Debería ser más dura con mis alumnos? ¿Debería endurecer los exámenes, suspender masivamente? ¿Beneficio a mis alumnos cuando levanto la mano, cuando les ayudo para que aprueben, cuando regalo puntos en los exámenes con preguntas fáciles? ¿Tiene sentido ser estricto con algunos grupos y no con otros? ¿Consigo que mis alumnos aprendan algo?¿Consigo que se interesen por algo más que su mundo concreto?¿Consigo que tengan ganas de crecer, de cambiar, de aprender más?¿Consigo algo? ¿Colaboraré a que sean más críticos con su propia realidad?¿Serán capaces de leer el mensaje encriptado que intento transmitir?¿Estaré enviando este mensaje con la suficiente claridad?¿Soy coherente? ¿Lograré mejorar?¿Cómo puedo enseñar mejor?¿Qué debería cambiar?¿Qué debería mantener?¿Seguirá gustándome enseñar de aquí a los siguientes exámenes?

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