domingo, 21 de febrero de 2010

Venceréis pero no convenceréis

Me estremezco en clase al explicar la batalla entre Unamuno y Millán Astray. Venceréis pero no convenceréis. Y al escapar esas palabras de mi boca descubro con sorpresa que se me eriza la piel. ¿Notarán mis alumnos lo emocionante que es ese momento? ¿Estaré transmitiendo con mis palabras todo mi sentimiento? ¿Seré capaz de que a mis alumnos se les ponga la piel de gallina igual que a mí?¿Entenderán toda la tragedia y toda la grandeza contenida en esa sola frase?.
A la salida, dos de mis alumnos discuten. Uno defiende su ateísmo. El otro, descompuesto, sorprendido, casi diría que asustado, le interroga, le reprocha, intenta hacerle volver a la lógica perdida de la fe. El muchachito, moreno, delgado, temblando pero con valentía le responde: yo soy libre y quiero vivir libre. Y rima una coplilla escrita por él, en castellano, donde se reafirma. La coraza de la valentía por encima de todo.
Me impresiona su fuerza. Intento transmitirle con mi mirada toda mi admiración. 
Vuelvo a casa y pienso en la valentía y en aquellos que son fuertes y capaces de hacer oír su palabra a pesar de todo. 

1 comentario:

...en un lugar llamado Cristina dijo...

Tanta dignidad...
Me gustaría decirle a aquel señor de lentes redondos y barba sabia, que no estoy tan segura de que vencieran.
Fíjate, tanto tiempo y unos chicos jordanos discutiendo sobre libertad y valentía, y una profe erizada al contemplar y contar su propia historia. Casi casi seguro que no vencieron, ni convencieron, ni vencen, ni convencen.