En el mundo de posibilidades infinitas hay caminos que nunca se dan. Sólo a veces estas posibilidades perdidas se muestran y arañan su dolor y su belleza con la fuerza de una presencia.
Pensado para A. un domingo de lluvia en el Poble Sec mientras en Girona comienza a soplar la Tramontana.
pd: en el camino de vuelta una niña marroquí me dio un trozo de sandía. El paraíso en una parada. El año que viene me marcho de nuevo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario