domingo, 25 de enero de 2009

En el mundo de posibilidades infinitas hay caminos que nunca se dan. Sólo a veces estas posibilidades perdidas se muestran y arañan su dolor y su belleza con la fuerza de una presencia.

Pensado para A. un domingo de lluvia en el Poble Sec mientras en Girona comienza a soplar la Tramontana.

pd: en el camino de vuelta una niña marroquí me dio un trozo de sandía. El paraíso en una parada. El año que viene me marcho de nuevo.

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