lunes, 21 de diciembre de 2009

perro guía

Me dan la clave desde el otro lado del espejo...ser profesor consiste, básicamente, en acompañar en el aprendizaje. Es decir, si algunos de mis alumnos vienen a clase sin boli, no hacen los deberes, no se molestan en pensar porque igual duele, prefieren ir a jugar al fútbol que venir a clase (cosa que yo también preferiría, por cierto, en algunas ocasiones) y un largo étc... no puedo responsabilizarme de forma total de su falta de mejora en la lengua española. Se acercan los finales y mi desesperanza crece...¿he conseguido enseñarle algo a alguien?¿alguien ha mejorado un poco el español?¿alguien ha decidido darle una oportunidad a la literatura?¿alguien ha pensado, mira, qué interesante?...A veces tengo la impresión de que la única persona que está aprendiendo algo aquí soy yo...
Lo peor es que todos mis colegas parecen sufrir el mismo abatimiento...y entonces me pregunto: ¿sirve de algo currarse las clases?¿intentar que sean dinámicas?¿que sean entretenidas?¿que hagan reflexionar?
Oh, Dios de los profesores, baja aquí y dame las respuestas porque, de vez en cuando, tengo crisis de fe...

3 comentarios:

gun dijo...

tu series la meva profe predilecta...!

jacarandá dijo...

:) no et creguis...hauria de parlar en castellà :)

Alvaro dijo...

"Cuando alguna vez he vuelto a viajar en tren, soñé con encontrar a ese profesor de mi secundaria, sentado en algún vagón, con el portafolio lleno de deberes corregidos, como esa vez -¡hace tanto!- cuando juntos en un tren, yo le pregunté, apenado de ver cómo pasaba los años en tareas menores, '¿Por qué, Don Pedro, pierde tiempo en esas cosas?' Y él, con su amable sonrisa, me respondió: 'Porque entre ellos puede haber un futuro escritor'"... con tal de que sólo uno pueda leer a Sábato en castellano...